domingo, 29 de mayo de 2011

Milagro: El kebab influye en la evolución darwiniana

KEBAB ES EVOLUCIONISMO

El prestigioso investigador Roger Penfield -a priori no relacionado con el mundo del kebab- ha descubierto un nuevo animal fruto del cruce de un perro y un pájaro (ver imagen) al parecer surgido por el continuo alimento con sobras de kebabs alrededor del "McLeod Döner Kebab" a las afueras de Dharamsala (India). El investigador apunta a que podría ser fruto de algún extraño contenido en la salsa blanca, "o la picante", afirma, y que no conoce todavía, el que ha hecho posible este prodigio de la naturaleza.


Chuchájaro, ser increible que solo come kebabs



"El hecho de que solo se alimente de döners, dürüms y buen falafel, hacen de este ser uno de los más avanzados en el paradigma de la evolución, pues le confiere propiedades físicas inigualables: sólo hay que ver que tiene cabeza de chucho y alas pa' volar". El reputado investigador afirma convencido y a la vez algo taciturno "se trata del ser intelectualmente más increíble que haya hecho la evolución. El hecho de que menosprecie cualquier comida que no sea kebab es algo maravilloso, increible, que emociona. Y lo mejor es que sigue vivo".

Esto apuntala las teorías de que el Kebab es un alimento milenario, pues el cruce entre perro y ave se debió dar hace miles de años -incluso antes de que existiese la humanidad, el kebab podría ser anterior, lo que afirma su origen extraterrestre- hasta que finalmente se fraguó esta especie que vemos hoy en día, a base de comer buenos y contundentes y aun grasientos y picantes döners. Según parece también es un ser evolucionado musicalmente, pues solo fue posible hacerle esta fotografía y casi capturarlo solo cuando sonaba la canción "Blackbird" de los Beatles, que el investigador ponía "porque me aburría y estaba hasta los cojones de comer kebabs en el suelo de ese döner en los Himalaya y que no pasara nada, pero no me invento nada, joder, no sé usar el photshop".

Relata así el primer cruce entre perro y pájaro: "el perro debió mirarla furtivamente y con sensualidad mientras el ave -presumiblemente una paloma- movía incesamente su cabeza en todos los ejes del espacio-tiempo, y batía sus alas insinuándose mientras se agachaba en actitud claramente provocativa hacía el perro. Este, seguramente, corrió hasta ella y volvió a correr." Pero esto es solo ficción del loco investigador, que afirma que acabó en Dharamsala por continuar con su tesis, que debía acabar hace 20 años y que no está loco ni sin trabajo ni nada.

Este nuevo pokémon espera a ser capturado, y la redacción de Kebab es Arte Barcelona hará una expedición el mes próximo para recopilar más datos en el lugar de los hechos. Se hará una buena crónica. Hasta entonces, buena música y nuevos animales:



Bernardo Gómez Gómez (el famoso arqueólogo gordo) ya ha fijado un nuevo objetivo para su plato. Afirma que lo quiere en formato dürüm. No lo llevaremos con nosotros a Dharamsala.

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