lunes, 16 de mayo de 2011

Kebab es Historia (III): Jesucristo

Juan 6. 26-27
Subió Jesús al monte y se sentó allí en compañía de sus discípulos. Estaba próxima la Pascua, la fiesta de los judíos. Al levantar Jesús los ojos y ver que venía hacia él mucha gente, dijo a Felipe: «¿De dónde vamos a sacar comida para que coman éstos, nano?» Le dijo uno de sus discípulos, Andrés, el hermano de Simón Pedro: «Aquí hay un muchacho que tiene cinco panes de pita y dos fantas; pero ¿qué es eso para tantos?» Dijo Jesús: «Haced que se recueste la gente y vayan pidiendo por turnos». Había en el lugar mucha hierba.

"¡Pero es que te lo he pedido sin lechuga!" "¡¿Pero tú has visto la cola que
tengo, Felipe de Betsaida?! O te lo comes o te vas a tomar por culo."
Se recostaron, pues, los hombres en número de unos cinco mil. Tomó entonces Jesús los panes y, después de dar gracias, pregunto al que estaba primero en la fila «¿Qué querer?» «Un dürum de ternera» «¿Salsa picante?» «Vale» «¿De beber?» «Coca-Cola» Entonces se acercó al rollo con la pala de cortar carne, y levantando los ojos al cielo, pronunció la bendición, y empezó a preparar los kebabs. No estaban muy buenos, pero eran la ostia de contundentes. Todos comieron hasta saciarse y se recogieron doce canastas llenas de sobras y de latas de refrescos carbonatados. 


Mateo 26. 20-30
Cuando llegó la noche, se sentó en la mesa con los doce. Y mientras comían, dijo: «De cierto os digo, que uno de vosotros me va a entregar». Juan, hijo de Zebedeo, dijo «Ya estamos...»  y Judas carraspeó y trató de cambiar de tema. Pero Jesucristo siguió erre que erre. Tenía mucho resentimiento. «No voy a decir quién es, porque no me gusta acusar a nadie, pero su nombre empieza por Ju y es un hijo de puta» La cena siguió con mucha tensión, como era costumbre entre los doce últimamente, hasta que Jesucristo se levantó.
Cogió los kebabs, los bendijo, los levantó y los pasó a sus discípulos diciendo:
«Tomad y comed, son tres con cincuenta cada uno.» 

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