viernes, 13 de mayo de 2011

Encuentran un kebab con la cara de Jesucristo y también se lo comen

Jesucristo puede aparecer en
cualquier parte, si tienes fe y no
eres muy listo.
El mismo grupo de arqueólogos que hace poco descubrió y degustó un kebab de más de cinco mil años de edad (enlace), ha encontrado esta mañana un kebab con lo que indiscutiblemente era la cara de Nuestro Señor. Los arqueólogos trataron de contenerse y dejaron el kebab encima de una mesa Ztarsk de Ikea, echándole miradas furtivas mientras seguían haciendo las mierdas aburridas que hacen ellos con pinceles y picos pequeñitos. 

Sin embargo, el kebab ha acabado siendo devorado a las dos y treinta y dos minutos de la tarde por Bernardo Gómez Gómez, que no solo tiene nombre de gordo sino también una debilidad por la comida con personajes de ficción dibujados, como la mortadela con la cara de la Pantera Rosa y ahora el kebab de la discordia.

Hemos entrevistado al Papa Benedicto XVI, que amablemente nos ha cedido unos minutos de su tiempo mientras prepara su papel para la nueva película de La Guerra de las Galaxias, donde interpreta a un hombre manipulador, mentiroso y sin escrúpulos dispuesto a cualquier cosa con tal de aferrarse al poder, rol radicalmente diferente a la auténtica personalidad del Pontífice. Respecto al suceso del Santo Kebab, ha asegurado lamentarlo profundamente y ha aprovechado para recalcar que "ese gordo irá al infierno; esto no tiene perdón de Dios". Cuando le hemos recordado que todo el mundo comete errores y que él mismo fue miembro de las Juventudes Hitlerianas, ha replicado "Touché", ha sonreído y ha tratado de distraer nuestra atención ofreciéndonos su bandeja de canapés de oro de relojes y caviar, siendo el caviar también de oro. 

El Papa, con y sin su disfraz. "Una parte muy importante de
mi disfraz son los sombreros, como el rojo de la fotografía,
que me ayudan mucho a meterme en el personaje.
"
Hemos aprovechado para preguntar al Papa acerca de sus recientes cambios de política, que demuestran que la Iglesia es cada día más moderna y abierta de mente, como demuestra su último discurso en el que no solo aceptó sino que apoyó la decisión de abortar cuando tanto la madre como el feto sean judíos. Preguntado por el asuntillo de los curas pederastas, el Santísimo ha comentado que "lo de abusar de niños mal; ahora, lo de hacerlo sin encubrirse demuestra una dejadez absoluta que condenamos casi tanto como el uso del preservativo, porque luego cuando desde el Vaticano queremos taparlo nos resulta cada vez más difícil, y como podéis ver no podemos evitar que algunos casos salgan de vez en cuando a la luz pública, cosa que nos avergüenza tremendamente a todos los católicos. Un poco de discreción, nano, hagamos las cosas bien. Una sola palabra: confesionario."

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